Tres historias de Tinder para no dormir: «Si huele a podrido, es porque está podrido»

En 2015, una cámara de la revista ‘Vice’ pasó un día entero con los miembros de Taburete. Entonces, el grupo no había lanzado su primer disco. Los tres chavales acuden con sus guitarras al domicilio de los Bárcenas para ensayar un rato. Después, en su habitación, Willy Bárcenas enseña a la cámara un póster con una hilera de modelos en bikini. A todo el que entra, le plantea la misma pregunta: ¿cuál de las chicas prefiere? “Yo me quedo con esta”, dice el cantante. Y añade un matiz tras pocos segundos: “Para novia, esta otra, que es más discreta”.

Si tuviera que escoger entre esas chicas, el físico que más le atrae al de Taburete no coincide con el de su pareja soñada. “Ese póster era del concurso ‘Vecinitas’, al que cualquier chica se podía presentar y los lectores de una revista masculina votaban. Puede verse como una crisálida de lo que ahora es Tinder. Era un grupo de chicas muy atractivas, pero con las que podías cruzarte en la calle. Como un catálogo de posibilidades”. Quien reflexiona es Jimina Sabadú, guionista, escritora y colaboradora en varios medios, que acaba de publicar ‘La conquista de Tinder’ (Turner, 2022).

Cubierta de 'La conquista de Tinder'. (Turner)
Cubierta de 'La conquista de Tinder'. (Turner)

No es un texto fácil de encasillar, reconoce su autora. “Sabes por qué entras en Tinder. Y también tienes claro por qué sales corriendo, además. Lo que pasa entremedias es lo que le interesa a Jimina Sabadú”, reza la contraportada. Así que ‘La conquista de Tinder’ transita entre el ensayo, el manual de uso y, a su manera, un bestiario humorístico de lo que una mujer heterosexual puede encontrarse en las 'apps' de citas. “Me hubiera encantado incluir más anécdotas personales, pero sé que hay mucha gente que no sabe cómo funciona esto de Tinder. He escrito desde esa base”.

De vuelta a ‘Vecinitas’, eso de escindir la sexualidad femenina no lo ha inventado Bárcenas. De hecho, es tan viejo que podría haber tirado de la sabiduría popular: “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo”, “hay mujeres para divertirse y mujeres para casarse”. Son algunos de los dichos con los que Sabadú compara este tipo de razonamiento. “Me resulta chocante que pienses que una mujer que quiere divertirse contigo no es una mujer con la que te quieras casar”, responde en su texto.

A través de su experiencia en varias 'apps', esta escritora nos muestra una colección de anécdotas y reflexiones que, para muchos, suenan cada vez más familiares. Desde las agencias matrimoniales en el principio de los dos mil (“en aquella época inscribirse en una web para buscar pareja era tatuarse la palabra ‘pringao’ en la frente”), hasta una aplicación con más de 50 millones de usuarios estimados en el mundo. En Tinder, la decisión se consuma con un dedo —deslizando hacia la derecha o hacia la izquierda—, y la afinidad —el famoso ‘match’— se basa en tres elementos: unas imágenes, una pequeña biografía y la edad.

Opinión

Cómo me acabé Tinder en una semana Alberto Olmos

“Quizá como funciona como un juego, la gente no le da tanta importancia a sus actos. Si hasta hay quien lo usa mientras caga. Imagínate: ‘¿Cómo conociste a mamá?’. ‘Pues mira, estaba en el baño, me llevó un rato, abrí Tinder y apareció ella”, bromea la escritora. Una tesis que atraviesa ‘La conquista de Tinder’ es la de que una 'app' de citas puede acentuar “el consumo de personas como si fueran productos”. El testimonio de Sabadú se centra en la experiencia femenina de la aplicación. Y reproduce lugares, perfiles e interacciones que parecen apuntar en una dirección: desde su relato, Tinder puede convertirse en "una casa del terror", sobre todo para las mujeres. “Todos los tíos que conozco que me han contado alguna experiencia negativa con alguna chica de Tinder terminan con esta frase: ‘Pero con lo de los tíos, flipo’. Las historias más escalofriantes de este tipo las cuentan las chicas heterosexuales. Incluso a los propios tíos les sorprende lo que contamos”.

“Si aglutinamos las motivaciones que tiene alguien para entrar en estas 'apps', encontramos tres: sexo, amor y curiosidad”, opina la escritora. “Alguien puede entrar con la idea de tomarle el pelo a la gente y acabar enamorándose de forma genuina. Alguien puede entrar en busca de amor y acabar encontrando amigos. Pero una de las tres no admite medias tintas, y esa es el sexo”. Ahí, en el sexo, se encuentran para Sabadú los “problemas y particularidades que tiene Tinder”. Concretamente, “en la desigualdad intrínseca que tenemos hombres y mujeres a la hora de acceder a las relaciones sexuales”.

Tinder te dirá si tu futura cita tiene antecedentes criminales Jesús Díaz

Comenzando por ese espinoso asunto —que hay quien niega y refrenda, quien lo achaca a lo biológico, a lo ambiental o a una mezcla de las dos cosas—, Jimina Sabadú propone un viaje de cronista en 'La conquista de Tinder'. Sobre todo, a través de los perfiles que las experiencias —negativas— le han revelado por el camino. "No tengo una percepción negativa de Tinder, sino de la gente que lo puebla", aclara. La gente que puebla Tinder es la que puebla el mundo, así que para Sabadú queda la duda de si estas historias serían las mismas dentro y fuera de la aplicación. Si la 'app' ha hecho que las relaciones personales no vuelvan a ser las mismas… o no. Como en las fábulas, algunos de sus relatos tienen moraleja en forma de consejo. Aquí siguen, de mano de su autora, tres advertencias con las que sortear "la casa del terror" que describe Jimina Sabadú. Tres historias de Tinder para no dormir.

I. "Si huele a podrido, está podrido"

"Cuando empecé a usar Tinder, pensaba en esa escena de 'Annie Hall' en la que se subtitulaban los diálogos con lo que verdaderamente están pensando los personajes. Lo hacía con los tíos que no son sinceros", cuenta Sabadú. "No te dejes llevar por los cantos de sirena. Si hay algo que te chirría mínimamente, huye", aconseja. En 'La conquista de Tinder', la escritora menciona a Mistery, uno de los exponentes recientes en los cursos y métodos para ligar dirigidos a hombres. "Al final se trata de que para que un tío se coma un rosco todo está permitido. Desde fingir un interés que no se tiene hasta mentir vilmente. Las técnicas son aberrantes, centrándose en el 'valor subjetivo' y en el 'valor percibido', con una visión de la mujer que no es muy distinta de la que puede ofrecer un manual de caza".

"Si quieres conquistarla, mírale los labios": nos colamos en un taller de seducción Sergio Ferrer Rocío P. Benavente

"El 'nega' es hacer comentarios en apariencia amables, pero que ocultan un pequeño desprecio que, supuestamente, querrás vadear, convirtiéndote en una persona vulnerable. Por ejemplo: '¿Cómo una chica tan inteligente estudió una carrera como Comunicación Audiovisual?'". En el pie de página, la autora apunta: "Sí, me lo dijo un cretino una vez".

II. Evitar la 'clase media'

Las experiencias femeninas de Tinder recogidas por Sabadú en su ensayo parecen confluir en un punto: el contacto con lo que la escritora ha acuñado como "clase media". Y los que la conforman son los mismos que recurren a las técnicas de ligue. "También hay una tía de 'clase media', pero yo no la he conocido porque no quedo con ellas. El de 'clase media' es un tipo de tío que sabe que no tiene posibilidad, ni es guapo ni es feo. Podría ser cualquier cosa, así que finge ser lo que tú quieres", explica Sabadú.

"Son tíos que conocen esas técnicas de engaño, no porque las hayan leído, sino porque les han llegado. Tampoco hace falta ver la peli de Drácula para saber quién es. Lo de este tipo de cursos está tan arraigado en el imaginario colectivo, que hay muchos que ya se lo saben. Son simpáticos, cariñosos… Y tú piensas que no serán tan miserables de mentirte. Pero te das cuenta de que no… La cosa acaba en el: 'Ya he follado, ahora ya no estoy, ahora no te hablo'. Aparece una excusa, un trauma o, directamente, te ignoran. Me parece uno de los grandes peligros de las aplicaciones, toparse con esa 'clase media' de tíos deshonestos".

El Tinder que hará parejas más felices y duraderas Jesús Díaz

III. "Esta para novia, que es más discreta"

Otro de los comportamientos que señala Sabadú en su relato podría ser un derivado de esa frase de Willy Bárcenas. "He visto mucho ese comportamiento, sobre todo con amigas que son muy guapas. Se encuentran con tíos que se lían con ellas para despreciarlas después. Actrices, modelos… Ese tipo de chico también es un poco mentiroso y practica lo de 'follar y huir".

"Luego, les ves con sus parejas. Chicas pequeñitas, discretas, con ropa de Desigual, que no marca mucho. Ojo, igual luego son despampanantes y estupendas. Pero conociendo al que va al lado, no puedo evitar pensar: 'Qué miserable es tu novio, que te quiere así para que nadie te mire'. Y si esos tíos tienen aventuras fuera de la pareja, los rollos casuales no son así para nada".

Fuente: El Confidencial