Tapie, el hombre de las mil vidas: “Se quitó la chaqueta y empezó a dar instrucciones”

El expresidente del Olympique de Marsella, Bernard Tapie, falleció a los 78 años víctima de un cáncer de esófago y de estómago que le diagnosticaron en 2017. El francés fue mucho más que un simple dirigente deportivo: fue cantante, actor, dueño de Adidas, diputado y eurodiputado y ministro en el Gobierno del socialista Miterrand. Un hombre polifacético que guio al conjunto marsellés en la mejor etapa de su historia.

Tapie adquirió ‘La Vie Claire’, un equipo ciclista, en 1980. En aquel momento, ya era conocido en Francia por comprar empresas en bancarrota y llevarlas al éxito. De repente se hizo aún más célebre cuando se montó en el coche de director ciclista en el Tour de Francia. Y cuando su equipo reclutó a Bernard Hinault, pentacampeón del Tour, bicampeón de La Vuelta y tricampeón del Giro de Italia.

1986 llegó y Tapie quería nuevos retos. En abril de ese año, el alcalde de Marsella medió para que fuera el presidente del Olympique, que no pasaba por una buena situación: habría regresado a Primera dos años antes. Era el momento de dar un golpe encima de la mesa, así que Bernard cogió el club para reeditar la época dorada de los 70.

Bernard Tapie. (Reuters)
Bernard Tapie. (Reuters)

Elegido diputado en 1989

El presidente del Marsella, que era de izquierdas, fue elegido diputado en 1989. Ese mismo año el equipo ganó la Liga. Su plan había tenido efecto a escala nacional, pero era el momento de mostrarse en Europa. Por aquella época había grandísimos jugadores en el equipo: Francescoli, Deschamps, Jean Castaneda… Años después se sumarían Cantona, Beckenbauer como entrenador, Abedi Pelé… Pero ya habrá tiempo de volver a eso.

Una nueva sorpresa, que nunca llegó a confirmarse, tenía preparada Tapie cuando el equipo ganó la Liga: el fichaje de Maradona. El presidente había alcanzado un acuerdo con el argentino, que a su vez había llegado a un pacto con Ferlaino, presidente del Nápoles. Si el club ganaba un título europeo, le dejaría marcharse. Diego era prisionero en la ciudad que lo había aupado a los altares.

Las barreras eran la camorra, por la afinidad de Diego con el clan Giuliano, y Ferlaino. El director deportivo del Marsella, Michel Hidalgo, viajó a Nápoles para reunirse con Maradona. Así lo contó: “Venía con nosotros unos cinco minutos y se iba una hora. Casa, mar y piscina me pidió”. El argentino los dejó ilusionados cuando les dijo que él se encargaba de convencer a su presidente.

Tapie, junto a la policía. (EFE)
Tapie, junto a la policía. (EFE)

El doble de sueldo

El jugador y los dirigentes se reunieron de nuevo en Milán. Maradona les pidió el mismo sueldo que cobraba en Nápoles, mientras que Hidalgo le dijo que Tapie le ofrecía el doble y caprichos: seguridad privada, garaje para todos sus coches y una casa en una zona exclusiva. “Me lanzó las llaves del coche y me dijo: ‘¿Vendrás a buscar mis Ferraris?’. Tapie y yo nos hubiéramos arrastrado a cuatro patas si nos lo hubiera pedido”, confirmó Hidalgo. La negociación concluyó cuando Ferlaino declaró: “Maradona se quedará en Nápoles mientras yo quiera que se quede en Nápoles”. Con los años, Tapie afirmó que “quizá podríamos haberlo ayudado a salir del entorno en el que se encontraba”.

La primera final de Copa de Europa que disputó el Marsella fue en 1991. Aquel año, sin embargo, fueron derrotados por el Estrella Roja (0-0 y 5-3 en penaltis). El equipo era liderado por el yugoslavo Stojkovic, que fue el fichaje estrella en lugar de Maradona. Ese partido fue una decepción para Tapie. Pero él era ambicioso y siguió peleando por conseguir el título.

El deseo se hizo realidad en 1993. El Olympique de Marsella se convirtió en el primer, y único, equipo francés en ganar la Copa de Europa. Vencieron al Milan de Capello (1-0), cuya plantilla estaba integrada por jugadores como van Basten, Rijkaard, Donadoni, Baresi, Maldini, Tasotti… Aquel año también ganaron la Ligue 1. Todo era muy bonito hasta que llegaron los problemas.

Bernard Tapie. (EFE)
Bernard Tapie. (EFE)

Condenado por amaños

El escándalo se hizo público al comenzar esa temporada. Descubrieron que Bernard Tapie había comprados un partido del Olympique de Marsella ante el Valencienne. El equipo fue castigado con el descenso a Segunda y fue descalificado de la Intercontinental. El dirigente fue condenado a dos años de prisión. Finalmente, pasó entre rejas sólo 165 días en 1997.

Marc Fratani, chófer y asistente de Tapie, relató en 2019 lo ocurrido en aquella época: “Participé una vez en la compra de un árbitro. Para un partido contra el PSG en París. El día siguiente al partido fue a entregarle lo acordado en un lugar discreto. No se trataba de comprar todos los partidos. Se apuntaba a los principales adversarios”. Si no se les podía comprar con dinero, “se desestabilizaba al adversario con psicotrópicos”. “Con agujas muy finas se inyectaba Haldol, un anestésico, en las botellas de plástico”, explicó Fratani.

Tapie consideró que aquella condena fue injusta, algo con lo que no estuvo de acuerdo Fratani: “Siempre ha declarado que fue condenado injustamente, pero yo estaba allí y no estaba sólo el día que pidió que se le diesen 250.000 francos a Bernès antes de ir a Valenciennes. Tapie fue el patrocinador del acto de corrupción”.

Una pancarta de un aficionado en el partido entre el Lille y el Marsella. (Reuters)
Una pancarta de un aficionado en el partido entre el Lille y el Marsella. (Reuters)

Paulo Futre fue el gran fichaje de la temporada 1993/94. El portugués salió del Atleti en enero de ese año al Benfica, equipo que dejó seducido por el proyecto de Tapie. Pero tuvo que enfrentarse a todo ese problema. “Cuando se iba a jugar la Intercontinental, pillaron a un tío con el dinero en el jardín de un partido de mierda que habían amañado el año anterior. Teníamos un equipazo, pero hubo que salir corriendo. Caos total. Recuerdo que un día el entrenador, un hombre de la casa, nos dio la charla técnica y apareció Tapie. Se quitó la chaqueta y empezó a dar instrucciones. ¡Era el verdadero entrenador! Cuando no pudo seguir viajando con el equipo, hacia los cambios viendo la tele”, confesó Futre sobre aquel año.

El dirigente, a pesar de todos los éxitos de su carrera, es recordado por un acontecimiento de su vida política. Fue el primer político que aceptó un cara a cara con Jean-Marie Le Pen, líder de la extrema derecha y padre de Marine Le Pen, su sucesora.

Fuente: El Confidencial