El derbi vasco y la guerra interna en el mundo proetarra por controlar a los ultras del fútbol

El mundo proetarra vive casi desde el final de los atentados una disputa familiar interna entre la rama institucional que dirige Arnaldo Otegi y un sector crítico sin líderes destacados que se presenta como guardián de las esencias de la izquierda 'abertzale' de siempre. La pelea se libra en todos los frentes en los que tienen influencia, desde las cárceles hasta los institutos. Hace años, esa pugna se extendió también a los campos de fútbol vascos y navarros, concretamente detrás de las porterías donde se ubican los seguidores más radicales. Y sigue vigente.

El estadio de San Mamés albergará este domingo una nueva edición del derbi vasco entre el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad de San Sebastián. Aficionados de ambos equipos protagonizaron semanas atrás incidentes violentos como el lanzamiento de piedras a los autobuses del Atlético de Madrid y el Real Madrid antes de sus partidos en Copa del Rey. Sin embargo, al menos la cita entre los dos principales equipos vascos está marcada en los últimos tiempos por la buena sintonía en las gradas entre las hinchadas de ambos equipos.

En uno de los fondos de la Catedral animarán como cada partido los ultras de Herri Norte Taldea, un grupo histórico del movimiento ultra. De forma pública tomaron partido en la lucha intestina 'abertzale' al mostrar su oposición frontal a Arnaldo Otegi con un gesto que pasó desapercibido para el público en general, pero no para la izquierda 'abertzale'. Corría la temporada 2016/2017 cuando desde su sector mostraron una pancarta en euskera que decía 'Sortu, ¡estás en fuera de juego!' ('Sortu Jokoz Kampo Zaude!'). Más de un socio rojiblanco y votante de Bildu se removió en la butaca. Los chicos malos del campo ahora iban contra ellos.

Herri Norte muestra una pancarta en contra de Sortu durante un partido.
Herri Norte muestra una pancarta en contra de Sortu durante un partido.

El sector crítico que abrazó Herri Norte es minoritario aunque provoca algunos dolores de cabeza a Otegi y sus fieles. Lo conforma una amalgama de grupos y siglas que se reparte por materias y territorios. Está la plataforma Jazarpenari bidea Itxi contra el abuso policial; la Gazte Kordinadora Sozialista, centrada en los jóvenes; Langile Autodefentsa Sarea, que nació como alternativa al histórico sindicato 'abertzale' LAB; Iskasle Abertzalea, una marca con mucha trayectoria que rivaliza con las juventudes de Sortu… Pero, por encima de todas, al menos para las fuerzas de seguridad, destaca Amnistia Ta Askatasuna (ATA), también llamado Movimiento Amnistía y Contra la Represión.

Este grupo fue el primero en alzar la voz contra lo que consideraban una rendición en las prisiones al renunciar a la exigencia de amnistía para todos los presos etarras. Organizan sus propias manifestaciones, pegan sus propios carteles e incluso celebran actos de 'ongi etorri' al margen de los sectores oficiales del Colectivo de Presos de ETA y Sortu. La propia banda terrorista advirtió ya en su ocaso contra estas escisiones en sus últimos comunicados. Meses antes de disolverse, anunció que únicamente quedarían algunas labores de carácter técnico para impedir eventuales “utilizaciones malintencionadas de las siglas de ETA”. Se refería a ellos.

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El idilio entre ATA y los ultras del Athletic se hizo patente en uno de los momentos más comprometidos para el grupo ultra. En 2018 Herri Norte había protagonizado un enfrentamiento violento por las calles de Bilbao contra los ultras rusos del Spartak de Moscú. En medio del caos, un 'ertzaintza' que estaba de servicio sufrió un infarto y murió. Todos los dedos señalaron a los ultras por lo ocurrido y ATA salió en su defensa con un comunicado: “Nuestro movimiento también quiere mostrar su apoyo a Herri Norte y al resto de antifascistas que ayer estuvieron en Bilbao”.

A su juicio, “detrás de esta lectura aséptica y distante de la violencia, se esconde realmente la permisividad de los partidos institucionales hacia el fascismo (…). Con estos antecedentes y la muerte de un policía, los medios y los políticos han criminalizado al Grupo Herri Norte, haciendo una comparación inaceptable entre fascistas y antifascistas. (…) Cientos de nazis rusos han llegado esta semana al País Vasco, Vitoria-Gasteiz y Bilbao con el pretexto de un partido de fútbol entre el Athletic y el Spartak de Moscú”.

Seguidores radicales de The Real Sociedad Firm.
Seguidores radicales de The Real Sociedad Firm.

La influencia de ATA sobre los ultras del fútbol vasco también llega hasta a los seguidores más radicales del conjunto 'txuri urdin' que se ubican en uno de los fondos del estadio de Anoeta. The RSF (The Real Sociedad Firm) figuraba junto a Herri Norte entre los organizadores de una marcha solidaria meses antes de la pandemia hasta la cárcel francesa de Mont-de-Marsans para rendir tributo a los presos de ETA allí recluidos. También estaban los vitorianos de Iraultza 1921, seguidores del Deportivo Alavés. También los navarros de Indar Gorri (Fuerza Roja), de Osasuna, e Indar Armagina (Fuerza Armera), del Éibar.

La sorprendente respuesta de los internos terroristas dejó a las claras que ATA estaba detrás de aquella iniciativa. Desde la prisión francesa, los etarras contestaron con un rotundo “no, gracias”. También acusaron a estos grupos ultras de pretender utilizarlos en la guerra interna 'abertzale'. “Su motivación va en contra de la línea que marca el EPPK (el colectivo de los presos de ETA) y, en vez de aunar fuerzas para la libertad de los presos, lo que está haciendo es dividir a la gente que pudiera apoyarla”, contestaron.

Cartel de grupos ultras vascos anunciando una marcha por los presos de ETA.
Cartel de grupos ultras vascos anunciando una marcha por los presos de ETA.

No es sencillo reunir a los grupos ultras vascos y navarros para una causa. Prueba de ello es el sumario en torno a los Indar Gorri tras la operación que descabezó a su anterior dirección liderada por un individuo al que llamaban el Comandante. A finales de 2015 se celebraron reuniones y contactos discretos entre estos grupos para aparcar sus diferencias y reunirse para animar juntos a la selección de Euskadi para un partido que iba a disputar en Barcelona contra Cataluña. El intento de pacto 'abertzale' en torno al fútbol quedó en aquella ocasión en nada precisamente por el rechazo a compartir pancarta con los de Herri Norte. “¡Había que ir a por ellos, a mí la Euskal me importa tres cojones!”, dejó dicho uno de los lugartenientes del comandante según consta en las escuchas de la Policía.

La preocupación por el control de los ultras vascos apareció de nuevo en uno de los documentos incautados por la Guardia Civil en la investigación en torno a los organizadores de los 'ongi etorri', los homenajes a los etarras que salen de prisión. En el mismo informe desvelado la semana pasada por El Confidencial donde se recogen los contactos con el Ministerio del Interior, aparece el acta de una reunión mantenida el 10 de enero de 2020 por Sortu en Vizcaya. Entre las personas referidas en el acta, hay etarras con peso en la organización como Felipe San Epifanio, alias Pipe.

El libro oculto del adoctrinamiento de ETA Juan Soto Ivars Laura Martín Luis Rodríguez

Según las pesquisas de la Guardia Civil, uno de los temas a tratar fue la situación con los ultras vascos. El documento lo explica así: “En Navarra, Sortu ha mantenido contactos con el grupo ultra Indar Gorri seguidor del Osasuna. En Álava, a través de Ernai, han mantenido contactos con el grupo ultra Iraultza seguidor del Deportivo Alavés. Sobre el grupo ultra Herri Norte seguidor del equipo del Athletic Club, exponen que está siendo manipulado por sectores de la Gazte Koordinadora Sozialista y valoran mantener contactos extraoficiales”.

Tras casi dos años de estadios vacíos y aforos reducidos por la pandemia, los campos se vuelven a llenar. Juntando a todos los integrantes de grupos radicales del panorama 'abertzale' del fútbol apenas dará unos miles de miembros, pero ejercen ascendencia sobre sectores juveniles y llevan la voz cantante en los estadios. Arrebatar al sector crítico el control de estos colectivos sigue siendo una asignatura pendiente para la línea oficialista institucional que representa Sortu y los fieles de Arnaldo Otegi.

Fuente: El Confidencial