Desmontando Eurovisión con Alejandro Abad: «España no puede ir a improvisar»

Alejandro Abad sabe bien cómo funciona la unión de música y televisión en muchas de sus expresiones. El chileno ha acudido hasta en dos ocasiones al Festival de Eurovisión, en 1994 como compositor e intérprete y en 2001, como creador de 'Dile que la quiero', canción defendida por David Civera. Además, fue parte fundamental en el fenómeno en el que se convirtió la primera edición de 'Operación Triunfo' (TVE).

Han pasado 20 años de aquella edición en la que la audiencia se dejó enamorar por David Bisbal, Chenoa, David Bustamante o Rosa López, entre otros. Abad fue compositor del himno de aquella generación, 'Mi música es tu voz'. Dos décadas después, su relación con parte de esta generación de concursantes es buena, aunque surgieran conflictos sobre la autoría de la canción con Naim Thomas y Juan Camus. "Estuvo feo que cuestionaran mi intervención en el tema", explica el músico en su charla con EL CONFI TV.

"Para Eurovisión, hacemos canciones que se alejan de nuestra cultura y sentimiento"

En la actualidad, se deja caer más por Telecinco que por la cadena pública. En 2017 se convirtió en participante de 'GH VIP 5' y, desde entonces, sus colaboraciones con el grupo de Fuencarral han sido habituales. Desde el pasado verano, es 'coach' vocal en 'La verbena de 'Sálvame'', una divertida sección del programa en la que los colaboradores pierden toda vergüenza y cantan e interpretan grandes éxitos estivales.

PREGUNTA: Te vemos implicado en 'Sálvame', pero tienes un historial televisivo muy importante. Has sido parte de 'OT', cuya repercusión parece haber bajado tras su exitoso regreso en 2017. ¿Está 'quemado' el formato?

RESPUESTA: Tuve la suerte de formar parte de ese proceso de creación del programa y de sus primeros pasos. Lo que ocurre es que la segunda vez ya nunca es lo mismo. Pudo ser un gran éxito en 2001 y 2017, pero es difícil la continuidad. La ilusión de los chicos se pierde si se hace año tras año y la gente no acaba de asimilar la sorpresa del programa.

Alejandro Abad con Noemí Galera y Risto como jurado de 'OT' en Telecinco.
Alejandro Abad con Noemí Galera y Risto como jurado de 'OT' en Telecinco.

P: 'OT' supuso el principio de dos décadas repletas de 'talent shows' musicales en la televisión española. ¿Crees que se les empieza a dar demasiado protagonismo a los jueces y no tanto a los aspirantes o a la música en sí?

R: Sí, es posible. Al final, muchos programas se quedan en la emoción del momento y no trascienden más allá de las redes sociales. En realidad, no surgen cantantes o fenómenos con gran repercusión, como Bisbal. Se valora mucho el momento en sí, pero no se trabaja para que esto tenga una continuidad.

P: ¿Faltan programas musicales en la televisión española actual?

R: Totalmente. España es uno de los países que más carece de música en televisión. Es una pena, porque la música en sí ayuda a que la gente esté más alegre y entretenida. Ayuda a que no estés pensando en temas difíciles, como puede ser la historia de la hija una famosa que ha tenido un problema con su expareja. Eso es entretenimiento, pero yo preferiría estar entretenido con canciones, con letras y con nuevos cantantes, que es más sano y más bonito. Se trata de no estropear la inteligencia del espectador.

"En los 'talents' actuales se valora la emoción del momento, pero no la continuidad"

P: Tu relación con los chicos de 'OT 1' ha pasado por muchas fases. ¿En qué punto se encuentra ahora?

R: Con algunos tengo una relación más cercana y con otros no tanto. Tuve algún episodio en el que se cuestionó mi intervención en 'Mi música es tu voz'. Todos los concursantes eran buenos chicos, pero la mayoría venían de sus casas y sin hacer casi nada en la música. Tenían ilusión en su mayoría y eso es bonito, pero poner en cuestión a un compositor que llevaba ya 20 años de carrera, que había ganado festivales y que habia compuesto para gente muy famosa, estuvo feo y fue de mucha ignorancia. No pasa nada, son cosas que ocurren y a las que estamos expuestas todas las personas que hacemos cosas públicas.

P: Te pudimos ver en 'Gran hermano VIP 5'. ¿Qué recuerdas de esta etapa?

R: Fue una experiencia muy positiva. 'GH' es un experimento social y es bueno poder vivirlo desde dentro y saber qué te ocurre a ti cuando estás ahí. Yo me lo tomé con humor, ironía e ilusión. Además, compuse una canción dentro del programa por la que, desafortunadamente, debido a ese experimento social que es 'GH', se crearon una especie de celos por quién había hecho la canción.

"La polémica de 'Mi música es tu voz' estuvo fea y fue de mucha ignorancia"

P: ¿Tienes relación con tus grandes apoyos en la casa, Aída Nízar y Toño Sanchís?

R: Sí, con Aída me hablo mucho porque entablamos una amistad especial. Cuando estaba en la casa y me di cuenta de que nadie la quería, no entendía por qué. No entendía por qué la rechazaban. Había que juzgarla por la convivencia y no por lo que te hubieran dicho de ella. Aída me ayudó a mantenerme en pie dentro de los conflictos. Con Toño también me llevé bien, pero luego ha habido un distanciamiento. También me llevo bien con Alonso Caparrós, con Tutto Durán, que es mi socio musical…

El compositor Alejandro Abad
El compositor Alejandro Abad

P: ¿Qué rostro de 'Sálvame' te ha sorprendido más? ¿Cuál entona mejor?

R: Rafa Mora no lo hacía mal y, por supuesto, mi alumna Lydia Lozano con su 'Que la detengan' con Antonio Montero. Tampoco lo hace nada mal Belén Esteban. Alguna otra vez la grabé y me sorprendió. Una persona cuando canta no tiene por qué ser un profesional, pero siempre sorprende que alguien afine y siga el ritmo. Todos más o menos se defienden, además, lo importante es el entusiasmo que ponen en cantar, eso es lo que valoro.

P: ¿Te gustaría estar en un 'reality show' más extremo como, por ejemplo, 'Supervivientes'?

R: Sí, ¿por qué no? Tendría que tener un poco de cuidado con el sol, porque no puedo tomarlo mucho. Es otro experimento social, en el que te tienes que buscar la vida. Yo desde joven estoy acostumbrado a hacerlo y a darle al ingenio para poder subsistir. No sería muy difícil en ese aspecto.

P: ¿Qué recuerdas de tu paso por Eurovisión 1994?

R: Fue una de las mejores experiencias que he vivido. Eurovisión, lejos de lo que opinan muchos, es un evento extraordinario y técnicamente perfecto. Donde te encuentras con participantes que son lo mejor de cada país y te entra hasta complejo. Donde igual los coros del representante de Estonia son los de Elton Jhon. Lo que pasa es que es un concurso de canciones más que de intérpretes. Yo tuve la suerte de ir como cantante y compositor, y luego como productor y compositor. Con esta última, España quedó en el mejor puesto de los últimos 23 años.

'Dile que la quiero', la canción de España en Eurovisión 2001. (Youtube)

P: No existe una canción eurovisiva, pero, ¿qué tiene que tener un tema para triunfar en el festival?

R: Primero deberíamos desmontar algunas creencias. Muchas veces decimos que Eurovisión es 'politiqueo', pero eso son quejas de malos perdedores. No hay 'politiqueo', hay afinidad cultural. Los países del norte de Europa tienen una afinidad que va por su latitud, así que, cuando decimos que se votan por política, no es así. Se votan porque tienen canciones que culturalmente les gusta. En España no hacemos eso, hacemos canciones que se alejan de nuestra cultura y sentimiento.

Hacemos canciones que haría un inglés, pero cantadas en castellano, que ya es lo peor. Tenemos que hacer canciones que triunfan en el mundo y que son en español, con ritmos calientes y guitarras. El tema tendría que tener eso, lo mejor de nuestra identidad, de forma que los países cercanos nos voten y, a los que están lejos, les traiga un recuerdo bonito de España. Si escucho una canción en italiano, a mí no me gustaría que pareciese nórdica.

Sobre la canción de 'Almaia': "Cuando algo no es verdad, la gente lo sabe y no vota"

P: ¿Crees entonces que alejarnos de nuestra cultura es lo que nos ha fallado en las últimas décadas?

R: Se le da muy poca importancia a la canción y mucha al intérprete. Tampoco se puede enviar a un cantante novel. Es un festival de profesionales y allí te das cuenta. Cuando envías a un chico que acaba de salir de un concurso, pues se acompleja, sinceramente. Yo eso lo viví. Vamos a improvisar y eso no puede ser. Tiene que haber una comisión de apoyo logístico al intérprete y llevar una canción desde la estrategia, no desde los sentimientos.

Esto pasó cuando fueron Amaia y Alfred, que decían "es que la gente va a sentir que estamos enamorados". La gente no va a sentir eso, porque no entiende ni la letra. Además, cuando algo no es verdad, la gente no es tonta y lo sabe. Hay que defender una canción relacionada con tus vivencias y con la cultura de tu país. De ahí la sacas al mundo y el mundo te lo reconoce.

Amaia y Alfred durante su actuación en la gran final de Eurovisión 2018. (Gtres)
Amaia y Alfred durante su actuación en la gran final de Eurovisión 2018. (Gtres)

P: A nivel musical, ¿qué candidatura española mereció más?

R: En España solemos cometer el error de fijarnos en el último ganador e intentar copiar la fórmula, pero esta nunca se repite de un año al otro. Si no es una canción acorde a nuestra latitud cultural, pues estamos señalándonos a nosotros mismos y haciendo una tema sin identidad. Todas las canciones con las que hemos quedado en los últimos puestos son canciones sin identidad y la gente no las vota porque no hay a qué agarrarse.

Sobre qué candidatura mereció más, no es por barrer para casa, pero una canción como 'Dile que la quiero' era una rumba, con guitarra española. Incluso pusimos a dos chicas rubias con David Civera, de aspecto nórdico, para hacer sentir que toda Europa podía bailar una rumba. Además, 'quiero' es una palabra que conoce todo el mundo, es fácilmente identificable. No hay que preocuparse tanto del mensaje, porque a nadie le importa la profundidad de la canción. Lo que importa es el ritmo y la fortaleza de las palabras, es decir, el sonido y la fonética. Hay que ser prácticos.

Fuente: El Confidencial