Álvaro Urquijo de Los Secretos: »La pandemia ha desvelado la codicia de los ricos, la envidia y la ira»

Cuatro décadas sobre los escenarios. Nuevas canciones, nuevos miembros, misma esencia. No importa dónde y cuándo, todo el mundo reconoce temas como 'Déjame' o 'Pero a tu lado'. Niños, padres y ancianos. La banda 'multigeneracional' -que así la define su cantante Álvaro Urquijo– tocará este jueves en el Festival de las Noches del Botánico de Madrid.

Hablamos con Álvaro Urquijo del despegue de su carrera en los 80 en ese concierto homenaje a Canito en la Politécnica, de su visión sobre la gestión de la pandemia, de las nuevas formas de hacer música, de redes sociales y, por supuesto, del eterno legado de su hermano Enrique.

PREGUNTA: Después de 40 años de carrera, ¿es posible seguir innovando en el escenario?

RESPUESTA: Sí, tienes la ventaja de que tienes la experiencia adquirida. Pero dentro de la exigencia, está la exigencia. Hoy día la tecnología está de tu lado. En los 80 era un sufrimiento: te oías fatal, los equipos eran malísimos… Hay artistas a los que le cuesta adaptarse. Nosotros tuvimos a Jackson Browne de invitado en un concierto y decía que no se acostumbraba a los nuevos equipos y formas de trabajo. Yo estoy feliz. Cuando toco, me pongo unas mezclas en estéreo que parece que estoy escuchando un disco. Los ingenieros tienen sistemas mejores para ecualizar el sonido y que se escuche bien en todo el recinto.

'Los Secretos' interpretando 'Todo sigue igual' en 1982

PREGUNTA: Están subiendo mucho los contagios de covid… ¿Podría limitar esto los conciertos?

RESPUESTA: Sí… Cuando hablaba de futuro con Víctor García, nuestro manager, le decía que habría que ir improvisando. Lo importante es la salud y aceptar las condiciones que se nos presenten. Yo de joven viví un régimen, me disolvieron en manifestaciones….aprendimos que había que aguantar y luego vendría lo bueno. Ahora la juventud quiere salir a pillarse el pedo, pero no puedo decirles nada porque no sé como me habría comportado yo en esta situación. Mi hija cumplió los 18 años confinada en casa, entiendo la frustración.

La geopolítica alrededor del consumo y del comercio se ha convertido en la Guerra Fría de los 80

PREGUNTA: ¿Cómo crees que se ha gestionado la pandemia en todo el mundo?

RESPUESTA: Leo mucho de ciencia y sabía de las pandemias. Esto es una prueba de cómo responde un planeta a una especie supremacista. Siguen los principios neandertales, la codicia de los ricos, la envidia y la ira. A mí el planeta me ha decepcionado. Como la comercialización de las vacunas e intereses socioeconómicos. Pensaba que el mundo entero se uniría en esto. Tengo preocupación y la seguiré teniendo. ¿Por qué no hacer algo como ‘yo soy americano y tú ruso, y vamos a unirnos para que no se muera nadie’? Toda esa geopolítica alrededor del consumo y del comercio se ha convertido en la Guerra Fría de los 80 de ‘te tiro la bomba ¿eh?’. Somos muy animales todavía. Yo respeto el esfuerzo y la propiedad privada, pero hay que trabajar en común por mejorar el planeta.

El cantante y líder de Los Secretos, Álvaro Urquijo, en un concierto en colaboración con Cruz Roja en homenaje al personal sanitario (EFE)
El cantante y líder de Los Secretos, Álvaro Urquijo, en un concierto en colaboración con Cruz Roja en homenaje al personal sanitario (EFE)

PREGUNTA: Además es algo que nos ha afectado a todos…

Yo no conozco a nadie que no haya tenido una perdida importante o síntomas severos. Creo que en general el mundo de la política de todo el planeta no ha hecho campañas agresivas. En verano ponen anuncios sobre el peligro de las carreteras con coches chocándose; podían hacer lo mismo sobre el respeto que hay que tenerle a la enfermedad. Todo son mensajes contradictorios: ahora con mascarilla, ahora sin ella, ahora la economía…

PREGUNTA: ¿Por qué crees que se produce esto?

RESPUESTA: Por la falta de experiencia y porque tienen un pie en el electoralismo. Estoy hablando en general, de todos los partidos. Nunca los políticos habían sido tan jóvenes en el mundo, quitando a Biden. La capacidad de gestiones que vende su imagen está muy bien, pero están peor preparados. Y algo como gestionar una pandemia nadie lo ha estudiado, es muy difícil. Son microorganismos que nos llevan muchísima ventaja. Estamos poco informados sobre cómo prevenir estas cosas. Hay muchísima gente muy responsable, pero con un 0,1% que lo haga mal, vuelve a propagarse.

La cultura pasó de ser nada a ser un objeto de consumo y, por tanto, tampoco ser nada

PREGUNTA: Hablando de política, viviste toda la Transición española…¿Te representaban más los políticos antes o ahora?¿Cómo ha evolucionado el trato a la cultura?

RESPUESTA: Yo empecé con UCD, seguí con el PSOE, luego el PP… hemos visto todos los colores. La cultura pasó de ser 'nada' a ser un objeto de consumo y, por tanto, tampoco ser 'nada'. En Francia o Alemania son más protectores. Para tocar en EEUU, si vas con una banda de 6 o 7 músicos, te hacen pagar al sindicato de músicos por llevar los tuyos. En Francia, si tienes un cine con 10 salas y estrenan una superproducción internacional, luego están un mes poniendo cine francés. Hay atención a proteger la cultura. Es un material intangible y abstracto que genera riqueza, no lo puedes desplazar. En nuestros gobiernos es tratada como algo secundario. Rajoy subió el IVA cultural al 21%, se cerraron mil cines… y así siguen, con impuesto de lujo. La cultura nunca se ha tratado en España como en el resto de Europa. Con Franco, su cultura eran los toros. No hubo un periodo como en Francia de los 60 a los 80 donde crear un colchón cultural, una masa madre. Eso nos faltó a nosotros. Pasamos de Franco a radios comerciales. Las compañías de discos que antes eran para músicos pasaron a ser industrias económicas.

PREGUNTA: Ese colchón del que hablas, ¿no crees que podríais ser vosotros?

RESPUESTA: De alguna manera sí, y eso nos enorgullece. Mira, en los 70 le dijimos a mi padre que íbamos a grabar un disco en verano. Decía que estábamos locos. Aunque nosotros no queríamos ser famosos, ni siquiera dedicarnos a la música, pero queríamos saber que se sentía al hacer lo que hacían nuestros ídolos. Al principio nunca entendieron que nos quisiéramos poner a componer. Nosotros éramos unos marcianos. Ahora hay mucha gente que hace música, y es genial.

PREGUNTA: Respecto a eso, ¿cómo os llega esa inquietud a los tres hermanos?

RESPUESTA: Mi padre era muy melómano y tenía muy buen equipo de música. Fue en parte él, y cuando quiso quitarnos la influencia ya era tarde. Nos había inculcado una pasión y eso es lo bueno de las artes, nadie te puede imponer que te guste algo y nadie te puede obligar a que no te guste. Ya no nos podía quitar ese entusiasmo. Cuando empezamos era todo muy colono, pisábamos piedras que nadie había pisado. Ahora un chaval puede empezar con un portátil, una guitarra, una tarjeta de sonido y un micrófono. Y puede compartir su arte fácilmente. Nosotros tuvimos más dificultades pero es un honor, lo llevamos con mucho orgullo.

Concierto de 'Tos', precedente de 'Los Secretos', en el concierto homenaje a Canito en 1980

PREGUNTA: En febrero del 80, con ese concierto homenaje a Canito en la Escuela de Caminos de la Politécnica de Madrid, arranca vuestro despegue musical. ¿Eráis conscientes del camino que estábais tomando?

RESPUESTA: Aquello que paso en los 80 fue el resultado de una juventud con la influencia de los 60 y los 70, desde Frank Sinatra a The Clash. La llegada de la ’new wave’ fue un cambio hacia delante al que España no fue ajena. Aquí se tradujo a La Movida. Los que íbamos a los bares y comprábamos guitarras de quinta mano coincidíamos en salas de ensayos muy pequeñas. Éramos tan jovencitos que todos los amigos de los bares decidimos hacerle un homenaje a Canito -batería de la banda que falleció en un accidente de tráfico- cuando murió. El encargado de los auditorios de la Escuela de Caminos nos dijo que nos dejaba hacer el concierto ahí. Recuerdo que vino TVE y trajeron focos porque éramos tan inconscientes que ni pensamos en la iluminación. No sabíamos donde estábamos entrando. Éramos unos apasionados que compartíamos locales de ensayos y locales donde tocar.

El éxito lleva un poco al abismo de los egos, la necesidad de éxito y dinero rompe relaciones de grupos

PREGUNTA: En cuanto a vuestro repertorio, singles como ‘Déjame’ han transcendido generaciones en una época en la que los temas pasan de moda en meses. ¿Qué tenían estas canciones?

RESPUESTA: Mira, el otro día se lo comentaba a unos amigos. Le regalé hace cinco años a mi hija la canción ‘Get Lucky’ de Daft Punk. Esas navidades se juntó con sus vecinas en casa y les hice una playlist. Cuando sonó esa canción me dijeron todas: ‘qué antiguo eres’, ¡y era una canción de ese año! Antes éramos cuatro gatos, ahora la competencia es mayor. En cuanto a discos, no hemos vendido ni un millón. De ‘Déjame’ se vendieron 12.000 copias; luego con plataformas digitales se dispararon las reproducciones, pero vender poco. Ahora, trabajar es posible que seamos los que más, pero no proporcionalmente al éxito de una persona en poco tiempo. Eso es parte de la longevidad del grupo. Si ‘Déjame’ hubiera salido ahora, habría tenido mil millones de visualizaciones y, a lo mejor, habría hecho quebrantar algunas cosas de nuestra relación. El éxito lleva un poco al abismo de los egos, la necesidad de éxito y dinero rompe relaciones de grupos. No es lo mismo a trabajar al principio desde la cantera, te une mucho más.

Ahora a lo mejor una canción mediocre se hace viral en 'TikTok' y llega a todo el mundo

PREGUNTA: Ahora con las redes sociales, un compositor puede triunfar a través de instagram. ¿Crees que esto llevará, por ejemplo, a que desaparezcan los inicios de los músicos tocando en garitos?

RESPUESTA: Lo dudo mucho. Mira, yo cuando era joven, a principios de los 80, me compré un walkman. Para entonces, costaban como un sueldo. A día de hoy, ¿quién no tiene un móvil con 500 canciones en Spotify? Todo el mundo está escuchando música y tiene acceso a ella. Nosotros antes quedábamos en el rastro a comprar discos, teníamos criterio y cultura musical. Existía ese culto alrededor del sonido. No había internet, no nos quedaba más remedio. Había algunos que preferían a los Beatles, otros a los Rolling o Pink Floyd, luego llegaron The Clash, Sex Pistols…Ahora a lo mejor una canción mediocre se hace viral en 'TikTok' y llega a todo el mundo. No lo critico, el público es soberano. Conviven todos los estilos y eso es genial porque lo importante es que la cultura se pueda compartir. Por eso son buenas las redes sociales y compartir la música a través de ellas. Respetamos mucho al público y su criterio; de él dependemos, nosotros no hemos hecho nada especial.

Álvaro Urquijo lidera la tradicional banda de La Movida madrileña
Álvaro Urquijo lidera la tradicional banda de La Movida madrileña

PREGUNTA: Ha habido varios fallecimientos cercanos en torno al grupo a lo largo de vuestra carrera: Canito, Pedro, tu hermano… ¿Te planteaste abandonar los escenarios por completo cuando murió Enrique?

RESPUESTA: Hemos tenido períodos de estar casi disueltos o parados en seco, y no por gusto. A finales de los 70 un contrato de disco de 4 canciones, pero la muerte de Canito dificultó las cosas. Un poco más tarde encontramos a Pedro -batería- y empezamos a sonar en la radio. En el 84 fallece Pedro en un accidente y estuvimos hasta el 86 sin actividad, quitando algún bolo donde tomábamos prestado al batería de Viceversa. Después, cuando muere Enrique 99 y hasta septiembre de 2001, tampoco existíamos como grupo. Pero el público te vuelve a subir a la superficie. El manager decía ‘os siguen llamando, os quieren ver’. No sé si por tristeza, nostalgia o morbo, precisamente porque cuando alguien muere te acuerdas más. Ese efecto ocurrió con Los Secretos. Yo recuerdo pensar que no iría a más e hicimos un disco homenaje de despedida. Pero empezamos otra vez, con mucha timidez y mucho respeto. Veíamos que la gente seguía viniendo y no se iban enfadados, así que algo estaríamos haciendo bien. Asumimos que íbamos más cortos, nos faltaba Enrique, el compositor, pero el público aplaudía las canciones cantadas por mí. Desde entonces hemos hecho de todo. Me da pena que Enrique no haya visto el éxito de ‘Pero a tu lado’, por ejemplo. La sacamos en el 95 y no fue un éxito.

Videoclip de 'Pero a tu lado', remasterizado en 2017

PREGUNTA: Y ahora la conoce todo el mundo…

RESPUESTA: ¡Todos! La toque en Extremadura o en Argentina, se la saben. Los niños y los abuelos. La música se transporta en el tiempo a través de las personas. Antes de la pandemia, me mandaron un video una familia cantando ‘A tu lado’ para enviárselo a un familiar en el extranjero. Al final es eso, compartir. Yo comparto todo lo que me gusta con la gente a la que quiero. Ha habido una segunda promoción de la canción que ha sido del boca a boca. Me acuerdo en el 2004, recién vueltos a los escenarios, que nos avisaron de que un triunfito tenía que cancelar un concierto por un fallo de voz…

PREGUNTA: Y fuisteis vosotros…

RESPUESTA: Sí, ¡y nadie lo sabía!. Fueron como 1.500 ó 2.000 personas que se encontraron con Los Secretos. En primera fila, había un abuelo con dos nietos con cara rara. No hubo tiempo de explicárselo a la gente y tuvimos que decirlo nosotros en el escenario. Al acabar, ese abuelo vino al backstage y nos dijo que no nos había reconocido al principio, pero que reconoció muchas canciones. Estamos en el subconsciente multigeneracional.

PREGUNTA: ¿A qué te refieres con eso?

RESPUESTA: A que tocas 30 canciones y 14 les suenan. Cuando vuelves a tocar, esos niños que eran pequeños, luego vienen de mayores. Esa transmisión existe y hay un mundo más allá de internet, de las discográficas, de las multinacionales y de los videos virales. Ese mundo se llama criterio, gusto, musical y libertad. Eso es el arte, nadie te puede obligar a que te bajes de un escenario si está lleno el recinto. Por eso, insisto tanto con el tema del público. No somos mágicos o especiales, sino a la gente le gustan nuestras canciones. Hemos sido humildes intentando ser consecuentes con las circunstancias que nos rodeaban.

Enrique y Álvaro Urquijo en un concierto de los 40 Principales (LOS40)
Enrique y Álvaro Urquijo en un concierto de los 40 Principales (LOS40)

PREGUNTA: En el 99 se especuló mucho sobre la muerte de Enrique. Años más tarde, tú desmentiste que hubiera sido meramente por el consumo de sustancias. ¿Consideras que lo que ocurría en la época -y ahora- es la falta de información respecto a salud mental?

RESPUESTA: Nunca quise dar explicaciones más allá de lo que la prensa había dado por hecho. Cuando murió mi hermano, todo el mundo dio por hecho que era el típico caso de músico con drogas de por medio. Se le dio muchas vueltas. Ahora cualquier madre tiene un hijo inquieto y le da una pastilla. En nuestra generación no se sabía si alguien tenía más o menos tendencia a la depresión. En los 80 hubo una tragedia mundial, las drogas hicieron muchos estragos. Ahora hay mejores medicamentos, la gente con problemas mentales pueden tratarse y hay psiquiatras que tratan adicciones. En su momento estábamos muy verdes, éramos muy pardillos y no supimos arreglarlo. Cuanta gente de la antigüedad se habría salvado con la medicación de ahora. Hay gente que sufre mucho y a nosotros nos tocó vivir en esa época y en ese momento. Mi hermano era como era, una persona muy sensible. En todas las familias ha habido problemas muy graves con la prensa pendiente por el morbo.

PREGUNTA: Quizá también sea bueno para naturalizarlo… visibilizar una depresión con la misma naturalidad que una ruptura de hueso…

RESPUESTA: Yo creo que ya está pasando. La prensa reconoce a grandes artistas que han pasado por periodos así que han podido contarlo. Otras veces no, que mezclas y bueno, lo que le paso a mi hermano. Hay un mundo detrás de cada individuo. Somos tan únicos que habría que estudiar una carrera de psicología para entendernos a cada uno de nosotros. Lo nuestro era una época de comienzos. No teníamos asesoramientos, nadie nos informó. Si mi hermano tenía algún problema, lo tapaba con alguna sustancia que le hacía parecer que estaba mejor, lo tomaba como una medicina… y mira, un error. Pero era una bellísima persona que en ningún caso pensaba que hacía algo malo. Éramos muy novatos, de aprender a tocar la guitarra de oído sin escuela. Sin necesidad de tener relación con la música y el éxito, se perdió el norte y la vida. Esa es la historia de una generación que pasamos por unas cosas que ya no ocurrirán. Te toca vivir épocas que con tiempo dices ‘joe, si mi hermano no hubiera hecho esto o esto’, pero el tiempo va hacia delante, hay que aceptar lo que tienes como es, no regodearte en la tragedia. Es la norma que hemos seguido Los Secretos.

Enrique Urquijo y Los Problemas – 'Aunque tú no lo sepas', 1998

PREGUNTA: ¿Cómo se compone mejor, desde el dolor o desde la alegría?

RESPUESTA: Hay de todo. Si todo el mundo compusiera desde la tragedia, no habría Rock & Roll, no existirían cosas divertidas. Ni mejor ni peor. Es cierto que el texto te invita a que la melodía tengo ciertos colores. Todo lo que envuelve la canción te puede inspirar más o menos. Un bolero, un tango, un blues… ¿de qué hablan? De lo mismo, de sentimientos. La sensibilidad e intimidad están más ligadas a músicas más líricas. Las canciones que perduran en el tiempo se acercan más a la sensibilidad que a las discotecas, las escuchas en tu casa con mimo. La música precisamente reconoce, absorbe y amplifica todos los sentimientos por muy pequeños que sean. Todas son válidas mientras haya gente que le guste. El lenguaje de la música estaba ya inventado. El que me gusta a mí, a Enrique y a mucha gente, es un lenguaje que va cerca del fracaso, del triunfo, de conseguir metas, del desamor, de la nostalgia. La gente empatiza más porque son sensaciones más humanas.

PREGUNTA: Quizá el trabajar desde la sensibilidad haya hecho que estéis donde estéis, escribes sobre lo que te mueve y lo que te mueve hace que subas al escenario…

RESPUESTA: Sí, pero viviendo muy al día. Puede parecer que el éxito estaba todo pensando, pero no. Jamás hubo un plan para triunfar ni para alcanzar una meta económica. Había amor a la música y eso es lo que sigue habiendo.

Fuente: El Confidencial